Las plantas en el hogar: ¿naturales o artificiales?
La cuestión, aunque podría parecer sencilla, es bastante común. Para ella no existe una única respuesta, cada clase posee sus ventajas y desventajas, y su elección dependerá fundamentalmente de las preferencias de cada cual, no solo en el plano estético.
Las plantas artificiales, por ejemplo, tienen la conveniencia de que necesitan infinitamente menos cuidado que las naturales. El riego, la poda, soleado u otras labores de jardinería son casi nulas en ellas, por tanto, pueden ser la mejor opción para aquellas personas que no pasan mucho tiempo en casa, o que, simplemente, no tienen la habilidad o paciencia para estas labores.
Esto no significa que las plantas artificiales estén exentas de mantenimiento, ni mucho menos. Es necesario limpiar el polvo que eventualmente se acumula bajo las hojas con un paño seco o húmedo, o con la aspiradora. Estas tienen la ventaja, además, de que te permiten traer al hogar réplicas de plantas que sería muy difícil o imposible tener allí en su estado natural, ya sea por problemas de espacio, o porque no sobrevivirían en ese ambiente.
Al ser artificiales, no crecen, no desprenden hojas, no acumulan insectos ni reciben plagas, no desprenden olor, sus flores no tienen polen (tan perjudicial para los alérgicos) y no se reproducen. Sin embargo, aunque a veces encontramos réplicas impresionantes por su parecido real, estas plantas no suelen transmitir la misma atmósfera que su contraparte natural.
Las plantas naturales poseen una magia difícil de imitar. Se trata de seres vivos en constante cambio, que irán variando el aspecto de la decoración a medida que avancen las estaciones del año. Además, en muchos casos, el olor que desprenden dará un toque especial a cualquier habitación con olores embriagadores que constituyen un ambientador natural.
El cuidado tampoco tiene que ser una desventaja. Hay plantas que tienen regímenes de riego muy amplios, que pueden adaptarse a vivir casi
independientes, sin que estés constantemente velando por ellas. Debemos tener en cuenta también las utilidades, existen plantas florales,
frutales, y medicinales, además de bellas, que trascienden lo meramente decorativo.
En suma, como dijimos al principio, en este tema no existe una respuesta correcta, así que la elección dependerá de nosotros. Como el mundo no es en blanco y negro, tenemos también la opción de combinarlas, empleando las naturales donde existan condiciones para ello y las artificiales en aquellos lugares del hogar donde no llega la luz del sol.
Ya solo queda poner manos a la obra y llenar nuestros espacios de ese verde que desde siempre nos ha cautivado y que, al parecer, no piensa pasar de moda